Hemos estado escribiendo esta historia durante la última semana. Aunque no es muy "políticamente correcta", no hemos podido resistirnos a publicarla. Esperamos que os haga reír.
Un monstruo vivía
en una profunda cueva dentro de una mina. Un día en
Halloween fue a
aterrorizar a los habitantes de Villaledín. Para ello cogió
su cuchillo de
plástico con tomate frito por encima, su pistola de mayonesa
y sus gafas de sol
“efecto Halloween”.
Entró por el pueblo
a las 12 de la noche. En primer lugar fue al ayuntamiento.
Estaba cerrado. El
monstruo intentó abrir la puerta, pero no pudo. De manera que
se volvió a su casa
y al siguiente día cogió un vampiro mutante que tenía en
un tarro de la
cocina. Le dijo así:
- Sal del bote,
pequeño vampiro.
La criatura empezó
a salir lentamente del frasco trepando con sus diminutas uñas.
Asomó la cabeza
relamiéndose, como si tuviera sed.
- ¿Qué quieres de
mi?
- Quiero que te
cueles en el ayuntamiento, y que desde dentro me abras la puerta.
- ¿Para qué
quieres entrar? - preguntó vampirito.
- Para convertirme
en el nuevo alcalde de Villaledín. Haré del pueblo una gran
fábrica de
monstruos.
- Buena idea. Cuenta
conmigo.
Así pues vampirito
y monstruo se dirigieron al ayuntamiento para empezar con
su plan. Lo primero
que hicieron fue abrir la puerta. Luego subieron al despacho
del alcalde. Y por
último se pusieron en la silla y se tiraron un trallazo.
Automáticamente se
activó la alarma. Olía tan mal que tuvieron que salir corriendo
y renunciar a su
plan para siempre.
😂😅😅
ResponderEliminar👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻 Muy bueno lo del trallazo 😂😂😂😂
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