Ya he empezado a poner las notas a los chavales. La entrega de las mismas tendrá lugar la semana que viene. Ya os informaré del día concreto ;-)
Como ya hice en la primera evaluación, quiero recordaros cómo enfoco yo el tema de las calificaciones. Obviamente, no tengo en cuenta las notas de examen, ya que los pocos que hasta ahora se han hecho han sido más un "ensayo" que exámenes reales. Por tanto, la nota que vuestras hijas e hijos llevarán es una indicación de las habilidades y destrezas que muestran para cada una de las asignaturas. Así, por ejemplo, si un niño lleva un 10 en Inglés, eso significa que da de sí el máximo exigible: atención, disposición hacia la asignatura, contenidos aprendidos, interacción lingüística con el maestro...Un 9 significaría que está cercano a la perfección; un 8 que la cosa va muy muy bien. Un 7, que la cosa va bien. Un 6 está bien, aunque no tanto como un 7. Un 5 es lo justillo. Y de ahí para abajo, el clásico "Necesita Mejorar".
Ni que decir tiene que la nota que yo pongo es algo totalmente subjetivo, fruto de la interpretación personal que yo hago del proceso de enseñanza - aprendizaje de vuestras niñas y niños. En ese sentido, no hay que darle mayor importancia.
Y para acabar, como ya he dicho en alguna que otra ocasión, me gustaría recordaros que la calificación numérica, a nivel académico y legal, no tiene ningún valor añadido en toda la enseñanza obligatoria (Primaria y ESO) En ese sentido, solamente cuentan el aprobar o suspender. Las notas empiezan a importar en FP y Bachillerato. Y para eso... ¡Aún queda mucho! Recordad que lo importante en educación es lo que aprendemos, y no tanto la calificación numérica que nos pone don fulano o don mengano.
Ok...me parece perfecto.
ResponderEliminarMuy bien, entendido!!! Gracias
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