Hemos estado leyendo en clase esta aventura que le pasó al maestro:
Ésto que os cuento sucedió hará cosa así de un año, cuando yo vivía en Fuenlabrada de los Montes. Recuerdo que era un viernes por la tarde, y como otras muchas tardes, decidí salir a dar una vuelta y ya de paso coger algunos espárragos para luego preparar una tortilla. Me llevé a mi perra Sira conmigo, para que se diera un paseo y tomara el aire.
Hacía muy buen tiempo. Había llovido, y el campo estaba verde y mojado. Empecé a caminar por el monte y a encontrar bastantes espárragos. Al poco tiempo ya tenía unos cuantos. Iba mirando distraído por entre las matas y zarzas, paseando y disfrutando del atardecer. Y entonces los vi. Por encima de una pared de piedra me saludaron un montón de esparragueras cuajadas de espárragos verdes, gordos y tiernos. Sin pensármelo dos veces salté y empecé a cortarlos ¡Iba a coger el manojo más grande de mi vida!
Cuando ya casi había acabado de cortarlos todos, escuché un ruido detrás. PFFFRRR. Lentamente me di la vuelta, y como a dos metros de mi apareció un enorme caballo negro con los ojos inyectados en sangre, relinchando como una fiera. Me incorporé despacio y comencé a caminar hacia atrás, sin perderle la cara, para no provocar su ataque. Cuando estuve a diez metros de él me di la vuelta y caminé casi de puntillas. Luego corrí... Y ese fue mi error. El caballo, sin duda provocado por mi carrera, también se arrancó a correr detrás mía. Yo corría como una centella, pero él corría más. Hubo un momento en el que estaba tan cerca que sentí su aliento en mi cuello. Sentí también el olor de su cuerpo grande y sudoroso ¡Pensé que iba a pisotearme allí mismo!
¿Sabéis qué pasó a continuación? Algo increíble. Casi un milagro. De entre los árboles apareció Sirita, saltando y ladrando al caballo como una fiera. El caballo frenó en seco y se fue hacia la perra. La perra echó a correr, alejando al caballo de mi y dándome tiempo a escapar.
Luego Sirita y yo nos encontramos. Nos abrazamos y nos fuimos para casa con el susto en el cuerpo.
Ésa es la historia del caballo negro.
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